lunes, 6 de agosto de 2012

Pushkar, many many colours

Llegamos a Ajmer a las 23h, nuestros simpaticos amigos de la tourist office no nos advirtieron de que a esas horas seria imposible coger un autobus que nos llevara los 12 km que separan Pushkar de Ajmer, asi que bienvenidos a la jungla! Nada mas pisar el suelo de la plataforma de la estacion una decena de drivers intento persuadirnos para que accedieramos a subir a su tuktuk, sin saber ni siquiera a donde nos dirigiamos (esto es Pekin Express). Finalmente, tras una durisima negociacion ( a grito pelao' Nini con su llevadnos a donde vais a morir!), conseguimos que entendieran que queriamos ir al pueblo sagrado de Pushkar ( no al Pushkar Palace ni nada parecido). El show no tuvo desperdicio: el conductor se santiguaba cada vez que veia un templo o similar, el tuk tuk no conseguia subir la empinada montana, no quedaba gasolina a lo que tuvimos que esperar a que llenara el deposito para conseguir avanzar en nuestro periplo a tierra sagrada. Antes de llegar al pueblo nos pararon en una aduana cutre para pagar la tasa de entrada de un vehiculo contaminante a tan benerado lugar. Tras varios minutos de risa nerviosa y sin tener que bajarnos para empujar ( cosa que veiamos mas que probable), llegamos al hostel donde nos esperaban nuestros amigos David y Vega.
El hostel, Akkash hotel, era un remanso de paz y buen rollo. Estuvimos un rato en la zona chill out, pero tardamos poco en irnos a dormir agotadas por tanto regateo y el trajin del viaje.
Por la manana desayunamos en la terracita, yo un pancake de chocolate y Nini unas tostadas con queso y un par de adictivos lassis de banana. Jugamos a las cartas, charlamos un ratillo y nos pusimos en marcha ansiosas de aumentar nuestro armario con piezas hippies ( falditas, camisetas...).
Despues de unas horas comprando y mucho tiempo gastado en intentar que no nos timaran demasiadas rupias, fuimos a comer al Out of Blue ( que fue nuestra segunda casa en Pushkar). Un agradable camarero nos sirvio un falafel increible con hummus y una pizza. Alli seguimos pasando el rato, haciendonos fotos estupidas y disfrutando del poco fresquito del pueblo bajo el air cooler del restaurante.
Mas cartas, mas relax, un monton de animalitos entre ellos unos cuantos monos ( nuestros primeros monitos en la India!), vacas, jabalis rebuscando en la basura...Un mejunge de fauna, flora, etc. imposible de describir.

El dia siguiente estuvo plagado de mas de lo mismo, pero nos sentimos de muy buen humor rodeadas de espanoles con los que poder hablar. Decidimos acercarnos al lago sagrado donde tuvimos la primera granGRAN bronca del viaje. El teorico brahman del lago me pillo intentando hacer una foto a las mujeres que se lavaban en el agua sagrada y empezo a gritarnos que salieramos fuera, haciendo grandes aspavientos con las manos. Seguidamente quiso endosarnos los petalos y flores de turno para que los lanzaramos al lago ( para posteriormente cobrarnos una gran suma de rupias, evidentemente) y como no accedimos a ello se volvio a liar, esta vez con Vega como protagonista. Todos los presentes nos miraban como si fueramos unos gladiadores en un circo, sentados en los escalones esperando a ver quien la decia mas grande. Vega gritaba shantiiii shantiii y el brahman que nos fueramos que shanti tambien, a todo esto tras varios empujones Nini fue bendecida con otro pisoton a una moniga fresca de vaca, esta vez mas sagrada que nunca.
El hombre cansado de tanta discusion nos envio con sus poderes de brahman una de las vacas y nosotros la esquivamos como si estuvieramos en los San Fermines. David estuvo a punto de poner su toque violento pero al final todo quedo en una anecdota y descansamos en los escalones del lago contemplando su colorido movimiento.

Nosotras fuimos a pasear en busca de mas prendas hippies y continuamos discutiendo con todo indio que pretendia colarnos el "tourist price".
Por la noche, nos pusimos nuestras mejores galas ( en este caso las que estaban mas limpias) y fuimos a cenar al Laura's Restaurant, un restaurante regentado por Miriam, una espanola bastante maja que nos sirvio "tortilla de patatas, bravas, croquetas y pa amb tomaquet". Toda la comida estaba muy rica, teniendo en cuenta las ganas que teniamos de comer como en casa ( imposible pero algo es algo).
El emplazamiento del restaurante era unico, con unas vistas privilegiadas al lago, al perfil de las montanas y a un templo con luces parpadeantes que nos himnotizaron toda la noche. Durante la cena pudimos hablar con mas espanoles como Marta y Miguel con los que intercambiamos impresiones sobre el viaje y sobre algunas ciudades que todavia nos faltan por visitar. Fue la noche perfecta, risas, Sabina sonando como musica de fondo, algo de fresquito y la luna llena de testigo.








2 comentarios:

  1. Continueu gaudint!! Un petonarro!!

    (Una vaqueta per fiii jujuju)

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  2. Que bé us senta la India! Esteu precioses, radiants!

    Seguiu Vivint, princeses.

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